Lo advertimos hace muchos años, que están esperando

He sido critico y formé parte de los miles de jóvenes que en su momento luchamos en contra de la dictadura de Pinochet, crítico de la complacencia política de la Concertación, sus amarillismos, actitud pusilánime y complaciente con el modelo Pinochetista, sus cuatro gobiernos pasaron y hoy son claramente complices por omisión, me queda la virtud de la consecuencia, siempre vote por ellos.

 He sido crítico de la lamentable y culposa vuelta de la derecha al poder que nunca dejó como poder, estaban en las sombras esperando el protagonismo de gobernar.

Hoy seguimos dando vuelta en círculos como país, hemos dicho hasta el cansancio que este modelo impuesto a la fuerza y de forma inconsulta, solo beneficia y ha beneficiado históricamente en sus 39 años a los que manejan el poder político-económico y este fenómeno sigue generando desigualdades que en algún momento van a estallar socialmente.

Solo nos queda y me queda la tranquilidad que luchamos y lo dijimos muchas veces, en tertulias con amigos, compañeros de trabajo, familia, en la calle, que necesitabamos reaccionar para cambiar. Miles han salido, han marchado, han entregado su voz, su canto, su mirada, somos pocos en relación a los millones que viven en nuestra tierra y que guardan silencio y viven en el mismo temor, pero ahora con libertad.

Es mucha la gente cómoda con esta forma y estilo de vida que el modelo le entrega, con políticos complacientes y pactadores, producto del binominal de Jaime Guzmán, con empresarios que nacieron con Pinochet, volaron, viajaron y pactaron mantener sus privilegios con la concertación y que ahora siguen felices con el modelo ganando a costa del que no puede tener un aumento en su sueldo mínimo porque aumentaría el desempleo, queriendo mantener esta estructura que por fuera todavia se ve bien, pero por dentro es oscura para muchos, clara y feliz para pocos. Los viejos advertimos y dimos luces en su momento.

Gabriel Salazar, Premio nacional de Historia 2006, es uno de los pocos que se ha atrevido ha realizar un análisis y diagnóstico certero de lo que está pasando:

Los movimientos sociales a través de marchas ciudadanas se han ido acrecentando en el  país  debido a que la ciudadanía ha descubierto la necesidad de actuar soberanamente.

Esto, ” porque los problemas que está encontrando en el sistema político, en el Estado, en el orden de cosas  que se ha apoderado de la institucionalidad, exigen una intervención profunda”.

Y agrega que “cuando la sociedad civil se manifiesta, la clase política se siente incómoda y reacciona señalando que es anarquía, subversión o antisistema y se pone a la defensiva”.

En su análisis, el historiador plantea que hay dos tipos de política, “la de los representantes que operan dentro del Estado y conforme a la ley constitucional, y por otro está la política soberana de los ciudadanos que no se rige por ley porque se hace por ley, la trasciende, y su gran preocupación es construir el Estado, de manera que hay dos conceptos y practicas políticas, pero una se ha comida a la otra”.

Por eso, esta salida de la ciudadanía al espacio público, de acuerdo a las opiniones vertidas por Salazar, es parte de uno de los dos pasos para la intervención profunda que se requieren en nuestro país. El primero es “El de la mera reacción, y ahora en Chile estamos en la calle, pero falta el paso dos que se autoreúna en asamblea y levante propuestas y  las proponga como ley, como decisión soberana y las imponga”.
“El sujeto popular ciudadano está empezando a aflorar después de mucho tiempo que estuvo sumergido, una política ciudadana de ciudadanos”.

Entonces que esperan o mejor dicho que esperamos.

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